martes, 22 de septiembre de 2009

el cuerpo poseido*


Un dia, Jeni, Andrea, Bea y yo salimos por la noche de fiesta. No teníamos sitio donde dormir así que Andrea propuso ir a un hostal, a coger una habitación de una noche. A las demás nos gustó la idea y dijimos de ir.
Llegamos a un hostal, así que decidimos quedarnos.

Subimos a la habitación, teníamos una cama para cada una. Lo que suele tener un hostal, el jabón, toallas etc.

Estabamos tan cansadas que nos fuimos a dormir a las 5 de la mañana.

Hasta que de repente yo escuché unos ruidos que venían de dentro del armario, y me desperté.

Vi dentro del armario como una luz que iluminaba toda la ropa que habíamos dejado dentro.

Me quedé mirando hasta que de repente la luz del armario salió y se me metió dentro.

Chillé y las demás se despertaron.

Me preguntaron que qué me pasaba y yo me quedé como paralizada.

Cuando hablé parecia de una época más antigua, como si hubieran pasado décadas, ellas dijeron que sería de lo que me había bebido, pero no era así.

Todas se durmieron y entonces yo salí del hostal, y me dirigí hacia la playa. En medio del mar había una isla y yo escuchaba voces que me llamaban de ahí, eran otras almas, por eso las escuchaba solo yo, porque lo que había salido del armario y se metió en mi cuerpo era una alma de otra persona. Salió como una niebla alrededor de mi cuerpo y de repente detrás mio escuché un ruido y vi una sombra como si alguien me estuviera espiando. Cuando me di la vuelta empecé a correr detrás de esa sombra hasta que al final llegamos a un callejón sin salida. Era Bea que me había seguido desde el hostal.

Bea me dijo que tendríamos que llamar a un exorcista porque parecía que mi cuerpo estuviera poseido, así que fuimos al hostal, despertamos a las demás y fuimos a la iglesia.

Jeni se quedó conmigo fuera porque yo no sé porqué era como alérgica a las iglesias, había algo que me impedía entrar. Mientras tanto, Andrea y Bea entraron y se lo comentaron al cura de la iglesia.

Quedaron a venir al mismo hostal donde se me había metido dentro el alma, a la misma hora, asi que tuvimos que alquilar una noche más la habitación.

Cuando se hizo la hora el exorcista estaba ahí, para hacer el exorcismo.

Me tumbó en la cama, sacó agua bendita, una cruz y muchas cosas más que no sé que eran.

Al empezar, empezó a pronunciar unas palabras, que yo no entendía porque era latín. Me echó agua bendita encima y yo no paraba de retorcerme por la cama porque me escocía, pero el exorcista seguía pronunciando las palabras, hasta que al final se vió esa luz que yo vi dentro del armario como salía de mi cuerpo y se desvaneció.

Ahí acabó toda la historia, y desde ese dia, no tengo armario.
By: Laaraah

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