jueves, 13 de noviembre de 2014

Un mal día para morir

Una fría mañana de invierno, Álex salió del rascacielos más alto de Nueva York con ganas de descubrir qué había pasado. Pudo ver cómo en la calle principal (La quinta avenida) había miles de personas observando un accidente entre dos autobuses. Lo triste era que habían fallecido tres personas y había cinco con graves heridas. En ese  momento, llegó la policía para investigar qué había pasado y una ambulancia comenzó a llevarse a los heridos. Álex, en ese mismo instante,  recordó que su hermano iba en autobús a su trabajo y temió que fuera uno de los fallecidos. Se acercó a la policía y preguntó los nombres de los pasajeros. Realmente, su hermano iba en la parte superior del autobús y, como llevaba el cinturón de seguridad, se salvó. Álex

 l conductor que había pasado en la calle principal y le dijo...

-Conductor: Señor agente yo tengo la culpa. Porque estaba distraido con la radio, pormi culpa murieron 3 y 5 gravemente eridos.

-Policia: Señor tranquilizese que le llevamos ha comisaria, vas a declarar lo que ha pasado por escrito.

-Conductor: De acuerdo ire a comisaria pero primero dejeme llevar el autobus al mecanico acompañeme señor agente.

-Policia: Vale date prisa porque a las 17:00 me voy y acava mi turno.

La gente de alrededor estaba asustado. Los familiares estaban llorando, enfadados por sus hijos gravemente eridos y muertos.

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