18 de Julio de 1936
Querido Moncho: Quisiera hacerle saber a mi más preciado alumno de la clase que me duele en el alma tener que despedirme de usted, pero debo hacerlo, quisiera agradecerle esos momentos felices que hemos pasado juntos, cuando íbamos al monte a cazar mariposas para intentar verles la lengua, cuando fui a su casa a pedirle perdón por el comportamiento de sus compañeros, etc. Quiero despedirme con la mano en el corazón por tal motivo de que tengo que ser fusilado por ser uno de los malos (para que lo entienda). Me alegra saber que no tendrá que preocuparse más por mi, porque cuando me vaya, será un lugar mejor, más tranquilo. Muchísimas gracias por ser como fue conmigo, Un cordial saludo, Don Gregorio.
1 comentario:
¡Muy bien Noemí! Ya era hora de que utilizaras tu potencial. ¡¡¡Sigue así y en todas las asignaturas!!!!
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