Galicia, 19 de Julio de 1936
Querido Moncho,
Sé que le ha dolido que nuestra despedida fuera tan dura. Supongo que usted no esperaba que yo me fuera a marchar. Verá, en esta vida a veces hay que callar para no salir perjudicado de alguna situación. Yo no me callé, defendí mi ideología y la sigo defendiendo. Y por eso a mí me han llevado a otro lugar para castigarme. La realidad es que nos llevan a otro sitio para matarnos. Sé que son unas palabras muy duras pero así es la vida. Su padre también defiende las mismas opiniones que yo, pero él, al contrario que yo y todos sus amigos, se ha callado para no perjudicarse a él ni a vosotros: su familia. También, quiero que sepa, que no soy peor persona por ir en contra de la mayoría del pueblo. Si está leyendo esta carta es porque ya ha llegado mi fin. Espero con muchísimo deseo que en todos los momentos que hemos pasado juntos se lo pasara bien, y sobre todo que haya aprendido de mí muchas cosas que le sirvan y le ayuden a vivir mejor el día de mañana. No cambie, y sé un buen ornitorrinco. ¡Hasta siempre!
Don Gregorio
1 comentario:
¡Muy bien Desi! Te felicito por tu trabajo. Te expresas muy bien y captas las actividades a la primera. ¡FELICIDADES!
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