lunes, 10 de junio de 2013

EL ESCRITOR

Estaba sentado en un banco del parque leyendo el último libro de misterio que me habían regalado para mi cumpleaños cuando de repente se me cayó el libro. Me agaché para cogerlo y cuando cogí el libro del suelo, me encontré un billete de 20€. Los cogí y me los guardé sin pensármelo dos veces. Entonces me giré, y no sabía si estaba soñando o no, porque detrás mio apareció el escritor del libro que estaba leyendo. El escritor me dijo: 
- ¿Cual es tu nombre, chico?
- Me llamo Damian... ¿y que necesita señor?
-vengo a proponerte un  desafío; si aceptas te digo de que se trata, pero si dices que si no te puedes echar atrás.
Me lo pensé mucho hasta que al final dije que sí. Entonces el escritor me miró y me dijo seriamente: 
-Te llamaré en cualquier momento, cualquier día, estés dónde estés... y entonces tendrás que dejar lo que estés haciendo y acudir al lugar que yo te diga. 
Le miré como si se hubiera escapado de un manicomio hace poco. 
Al día siguiente, por la noche, sobre las 12, estaba jugando con la consola a mi videojuego favorito, cuando de repente sonó el teléfono. Contesté y era el escritor. Me dijo que tenía que ir a la Catedral de la ciudad.
Cuando llegué me dijo: 
-Tienes que robarle un boceto de un libro a otro escritor de la ciudad... ahora es el momento.
Algo dudoso, con miedo en el cuerpo, y sin poder echarme atrás, apunte la dirección y me fui caminando con la duda de si debía o no debía hacer lo que un individuo me obligaba a hacer.
Al final le robé el boceto a ese escritor, pero he acabado en prisión, mientras mi "escritor favorito" se forraba en su nueva mansión. 
La moraleja es que no debes hacer lo que los famosos dicen o sencillamente lo que alguien te diga.

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